El de ayer fue un juego de excepción. Por norma ningún equipo es 19 puntos mejor otro. San Germán no lució a la altura de subcampeón, sin restarle decoro alguno a un Capitanes que desde el brinco esbozó un plan de contención más que eficaz. El marcador de 94-75 es sinónimo de esfuerzo grupal, responsabilidad, cohesión de ataque y defensa sostenida; elementos que todo entrenador quisiera ver cada día.
De seguro, en el partido de devolución mañana en la Arquelio Torres Ramírez el desempeño del perdedor sea otro; que emerjan de la oscuridad a la tenue luz, no sabemos, pero sigue vigente la Alerta Anaranjada. Mientras, sólo queda como evidencia el recuerdo de anoche y un segmento de apertura que estableció la pauta en ruta al triunfo local de Arecibo. Ahora ambos equipos emparejan en el segundo puesto del Grupo A, la llamada “Sección de la Muerte”, con 7-4.
Una explosión de 17 puntos al hilo, tras la única delantera, 4-3, de San Germán y 8:16 en el reloj, fue más que suficiente para entender la complicada tarea de los anaranjados. Por espacio de 5:04 minutos se les tapó el canasto para tambalear 25-10 en el primer parcial, 53-31 en la mitad y 75-56 al concluir el tercer giro. Un suplicio para la escuadra de Eddie Casiano -que sólo estuvo 42 segundos en ventaja-, más un deseo para que el tiempo se esfumara ipso facto y abandonar el Coliseo Iguina Reyes.
Los datos revelan que Capitanes lanzó un 47.4% en campo, capturó 55 rebotes, logró 50 puntos bajo el canasto, amasó 18 asistencias y tuvo cinco jugadores en doble dígito, encabezados por Víctor Liz con 20 puntos.
Paris Bass aportó 18 puntos y 13 rebotes, Aaron Harrison regaló 12 tantos, David Huertas 11 y Devon Collier con 10 y 11 capturas. Los jugadores emergentes contribuyeron 31 puntos y 18 capturas.
Por San Germán, Tjader Fernández fue el mejor con 20 puntos y 7 pases, Tony Bishop anotó 15.
La actuación de Arecibo, según su Director Técnico, es secuela de la energía y seriedad de los entrenamientos diarios.
“Noto una tendencia muy buena en el equipo. Venimos de dos juegos consecutivos que nos satisfacen por el trabajo que se ha hecho durante la práctica. La intensidad de los últimos días es impresionante y el plan de juego se ejecutó como proyectado”, indicó Tony Ruíz.
“El juego colectivo, dominio en la pintura con 55 y 54 rebotes, y 43 asistencias. Veo mucha consistencia en ambos lados de la cancha, lo que nos dice de cómo los jugadores han entendido el mensaje y aceptado el rol de cada cuál en el equipo”.
Para Ruíz cada día es importante ante lo cerrado de la justa BSN y lo reñido del Grupo A.
“Juegos grandes son todas las noches, respetamos al rival y nos preparamos todos los días como si fuera el del campeonato”, dijo.
“Tenemos una semana fuerte en agenda: en San Germán, en Quebradillas, que son rivales directos y de ganar nos pone bien en el Standing. También hay que viajar a Bayamón. Pero la clave es el partido de hoy, el de ayer ya pasó y los próximos bregaremos en su momento. El que cuenta ahora es el de mañana”.
“Hay que repasar el video, recalcar en seguir trabajando duro, ver donde podemos mejorar y enfilar lo que queda por planificar. Falta mucho, apenas son once juegos”
¿Qué esperas de ese segundo choque seguido frente a los Atléticos?
“Vamos a una cancha que es de las más difíciles donde ellos han perdido un solo juego. No podemos ir confiados ni relajados. Decir que Arecibo es mejor 19 puntos que San Germán eso es mentira”, recalcó.
“Aquí no se evalúa el marcador ni el personal del contrincante. La mentalidad es jugar buen baloncesto siempre, especialmente en la sección nuestra, que es la más fuerte del torneo”.
“Les recordé a los muchachos que los equipos grandes son los que ganan en la carretera. Nos tenemos que preparar con mucho carácter para lograrlo. Uno quisiera repetir la misma dosis de ayer, pero no es el mismo escenario y será diferente el día. Solo pido consistencia y entrega”, concluyó Ruíz.
Capitanes juega para un 2-3 en casa ajena, San Germán para 3-1 en su tabloncillo.
Se espera el retorno a cancha de Jonathan Rodríguez, que no participó el miércoles, pues marchó de urgencia a Miami ante la llegada de su tercer retoño y primer varón.